¿Qué es lo que realmente necesitan nuestros hijos de nosotros? Amor, guía, cobijo (casa, ropa, alimentos), atención médica y educación. Y ya. Todo lo demás que les damos por gusto, o porque ellos piden y aceptamos, es adicional. Video juegos, el teléfono más nuevo, la ropa de moda… Todas estas cosas, son lujos.
Entonces, ¿por qué es frecuente que caigamos en el error de querer darles todo? ¿Puede esta conducta inhibir en ellos el interés por ahorrar para alcanzar sus metas?
¿Por qué sentimos la necesidad de dar todo a nuestros hijos?
Hay muchas razones por las que los padres accedemos a darle a nuestros hijos, en la medida de nuestras posibilidades, y a veces más allá, todas las cosas que desean. Algunas están ya muy platicadas, pero no por eso dejan de ser ciertas:
- Lo hacemos porque queremos darles lo que nosotros no tuvimos, o tuvimos poco, cuando éramos niños.
- Porque queremos que accedan a experiencias divertidas y que construyan recuerdos especiales.
- Porque pasamos mucho tiempo en el trabajo y nos sentimos culpables por las horas que estamos ausentes.
- Tal vez porque la familia está pasando por problemas, como la enfermedad de un integrante o una separación, y queremos compensar esos malos momentos.
- O simplemente porque son nuestros hijos y los amamos tanto que nos nace darles todo a manos llenas.
También sabemos que, sea por la razón que sea, darles lo que deseen, sin más, no es buena idea. ¿Qué puede suceder con nuestros hijos si no tenemos medida?
Las consecuencias de darles todo
Hay, principalmente, 3 consecuencias de dar a nuestros hijos todo lo que desean:
1- Los niños se vuelven intolerantes a la frustración
Si nuestros hijos jamás se enfrentan a una situación en la que las cosas no salgan como ellos quieren, ¿cómo van a aprender a manejar la frustración?
Tal vez hagamos felices a nuestros hijos ahora, dándoles siempre lo que desean, pero a la larga, los estamos privando de desarrollar una importante habilidad para el resto de sus vidas.
2- Los niños ejercen conductas negativas
Al no ser tolerantes a la frustración, los niños pueden tener conductas negativas para obtener lo que desean. Pueden volverse caprichosos, berrinchudos o chantajistas. ¡Y esto no sólo los afectará durante la niñez!
Tal vez no los veremos de adultos tirándose al piso a hacer un berrinche, pero los sentimientos de impotencia y descontrol los sufrirán igual.
3- Y este es el punto que nos atañe ahora: los niños aprenden a darle poco o ningún valor a las cosas y tendrán problemas para plantearse metas y ahorrar
Sin tener que poner esfuerzo y dedicación para ahorrar y alcanzar sus metas, los niños no aprenderán la importancia de ahorrar con disciplina y de retardar su recompensa.
El verdadero problema es que los niños corren el riesgo de volverse dispersos, incapaces de enfocarse en algo hasta obtenerlo y, a la larga, pueden incluso perder la capacidad de reconocer claramente lo que desean en realidad.
En publicaciones pasadas mencionamos algunos estudios de la Universidad de Missouri, que dicen que los niños que continuamente reciben regalos sin medida crecen para ser adultos insatisfechos, más propensos a las compras compulsivas y a las deudas con tarjetas bancarias.
Resumiendo, dar a los niños cosas sin medida, puede fomentar conductas como el sobre consumo y la necesidad de acumular, ambas totalmente contrarias al ahorro.
Nunca es tarde para corregir esta situación
Como padres, podemos prevenir o empezar a corregir los efectos de darles todo a nuestros hijos cuanto antes, haciendo principalmente dos cosas:
Ayudar a los niños a cultivar la paciencia
La realidad es que los padres, frecuentemente evitamos que los niños aprendan a ser pacientes. Vivimos en un mundo que favorece la satisfacción inmediata y eso está permeando también a nuestros hijos.
Hemos olvidado que los problemas en la vida real no se solucionan en 15 minutos. Igualmente, los verdaderos logros requieren tiempo, disciplina y esfuerzo.
Si queremos ayudar a nuestros hijos a reforzar su paciencia, apoyémoslos para que se pongan metas. Anímémoslos a ahorrar y a no perder de vista su objetivo. Y dejémoslos que batallen un poquito. Al final, la satisfacción del logro alcanzado será mucho más útil para sus vidas que la recompensa inmediata.
Si quieren saber más sobre cómo ayudar a los niños a ser pacientes y retardar su recompensa, esta publicación los puede ayudar: Retardar la recompensa: el método de las monedas de chocolate para fortalecer la paciencia
Dar a los niños oportunidad de tener responsabilidades
Al darles la oportunidad de tener responsabilidades les ayudará a desarrollar habilidades necesarias para la vida. Además de hacerlos responsables de ciertas tareas en casa acordes a su edad, podemos darles el deber de cubrir algún gasto o hacer alguna compra que les ataña. Esto les ayudará a comprometerse con su ahorro y a aprender a manejar su dinero de mejor forma.
Por ejemplo, ellos pueden pagar su cereal o golosina favorita en el supermercado. O deberán hacerse cargo de cubrir total o parcialmente la cuota de sus clases de futbol.
La idea es que, poco a poco, los niños vayan tomando conciencia de que ellos también pueden obtener las cosas que desean, con disciplina y esfuerzo, más allá de sólo pedirlas (o exigirlas).
Sobre este tema, tenemos una publicación que les dará más herramientas para explicar a sus hijos por qué ahorrar: Necesito explicarle a mis hijos por qué ahorrar, ¿qué les digo?
Lecciones valiosas para toda la vida
No se sientan mal; está bien permitir que los niños batallen un poquito o que enfrenten algunas decepciones. También está bien decirles que no de vez en cuando.
Hay que saber darles oportunidad de sacrificar sus necesidades y deseos para el beneficio de otros. También está bien que aprendan que a veces las cosas no se consiguen de forma inmediata.
Aunque nos duela verlos tropezar, los estaremos preparando para ser adultos responsables. Necesitan aprender estas lecciones y, mientras más jóvenes lo hagan, mucho mejor. Por supuesto, siempre contando con nuestro acompañamiento y amor incondicionales.
