Los niños usualmente son felices jugando con cualquier cosa que les proporcione diversión, que despierte su imaginación o que los ayude a ser creativos. Somos los adultos quienes les vamos enseñando que el valor de las cosas reside en su precio y no en las intenciones con las que se las damos, el esfuerzo que nos costaron o en el afecto que hay detrás de cada regalo que reciben.

Obviamente, los adultos les enseñamos esto sin la intención de volverlos materialistas o superfluos. Pero, es posible que a través de nuestras actitudes y hábitos de consumo les estemos enseñando que tienen más relevancia o valor las cosas que cuestan más, que son más “bellas” o que nos dan “más poder”.

Especialmente con las fiestas navideñas y de fin de año a la vuelta de la esquina, y la avalancha de regalos y compras que normalmente conllevan,  creemos que es importante hacer un alto y reflexionar junto con los niños sobre la diferencia que hay entre el valor y el precio de las cosas.

Precio

El precio es concepto mucho más fácil de explicar que el de valor, por lo que comenzaremos por aquí.

Podemos definir el precio como la cantidad de dinero que se le asigna a un determinado producto o servicio para su venta. Dicho en otras palabras el precio es la cantidad de dinero que debes desembolsar para comprar un producto o servicio.

Esta cantidad de dinero normalmente la fija el mercado (de acuerdo con la demanda y la oferta que haya), el fabricante o vendedor del bien y, en algunos casos, el Gobierno de un país o territorio.

Características del precio:
  • Es un concepto objetivo y concreto que puede medirse fácilmente.
  • Depende de la ley de oferta y demanda.
  • Hace referencia a la cantidad de dinero que un cliente debe entregar para obtener el bien o el servicio.
  • Puede presentar volatilidad – subir o bajar de un momento a otro.
  • Puede ser alterado por el Gobierno.

Valor

El concepto de Valor ha sido definido de muchas formas por diversos autores. Sin embargo, las definiciones más adoptadas destacan que el valor hace referencia a los beneficios, la utilidad y la satisfacción que las personas obtienen de un bien o servicio.

Características del valor:
  • Depende en gran medida de la apreciación personal.
  • Por lo tanto, es un concepto subjetivo y abstracto.
  • Es independientes de leyes como la oferta y la demanda.

La importancia de diferenciar entre valor y precio

Existen tres razones por las que es importante que las personas, empezando desde que son niños, distingan entre el valor y el precio de las cosas. Estas razones van desde evitar caer en el consumismo o pagar de más por trucos de mercadotecnia hasta cambiar nuestra sociedad inculcando valores como el agradecimiento y la generosidad en los niños.

1- No pagar de más

Recordemos que las compañías y grandes marcas nos quieren vender a como dé lugar. Y, de pasada, cobrarnos lo más que se pueda por un producto.

Para lograrlo se valen de muchos recursos. Uno de ellos es aumentar el valor percibido del producto, o sea, tal cual que sea vas más caro. Así, el diseño de un producto, su empaque y sus características, pueden influir en que un cliente crea que es más valioso y pague más por él. Por eso, debemos ser cuidadosos al seleccionar los productos que compramos y distinguir entre el valor y precio que tienen.

No queremos decir que lo más barato sea siempre lo mejor, o que lo sea lo más caro. Comparar la calidad de los artículos y elegir el más conveniente será siempre lo mejor. Así nos aseguramos de obtener más valor por nuestro dinero.

2- Frenar el consumismo

Si tomamos mejores decisiones con nuestras compras, no sólo gastaremos mejor, será natural que disminuyan nuestras compras también. Diferenciar entre valor y precio nos ayuda a dar un buen ejemplo a los niños: el de ser compradores reflexivos que no ceden al impulso de tener algo por moda o porque en este momento es una super ganga.

Por otro lado, dar a los niños regalos sin medida a la larga es muy malo para ellos. Según estudios de la Universidad de Missouri, los niños que continuamente reciben cosas sin medida se vuelven adultos insatisfechos, más propensos a las compras compulsivas y a las deudas con tarjetas bancarias.

Por lo tanto, frenar el consumismo es enseñar a los niños que ellos son los protagonistas de sus vidas y no las cosas que obtienen o que desean. Esta enseñanza debe ir de la mano con que entiendan que las cosas que les compramos llevan el trabajo y esfuerzo de quién las compra detrás y, por tanto, deben apreciarlas y cuidarlas, lo que nos lleva al tercer punto.

3- Fomentar la gratitud

Muchos estudios científicos han demostrado que la gratitud se asocia con beneficios personales incluyendo mejor salud física y mental, un incremento en la sensación de felicidad y satisfacción con la vida y menor materialismo.

Distinguir entre valor y precio ayudará a los niños a considerar y agradecer los presentes que les hacen, más allá de lo que puedan haber costado. Le darán valor al esfuerzo de quien se los regala, a la intención que puso al seleccionar ese regalo para ellos y a los sentimientos que hay detrás del objeto.

Un aprendizaje importante

Diferenciar entre valor y precio es un aprendizaje práctico para sacar buen provecho a nuestro dinero. Es importante que los niños aprendan que en el mundo real, prácticamente todas las cosas tienen un precio, pero no todas tienen el mismo valor.

Saber distinguir esto los ayudará a disfrutar más los logros que consigan con su esfuerzo y a dar, precisamente, el justo valor a lo que compran y lo que tienen.

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