En el principio más básico, educar para la paz significa enseñar que la violencia no debería existir. Implica también impulsar el desarrollo de habilidades que les permitan convivir de forma pacífica y vivir sin violencia.

Hemos platicado en otras publicaciones que estas habilidades serán necesarias para desarrollarse con éxito en el entorno social y laboral del futuro. Por esto, es necesario llevar a las escuelas materias que incluyan aprendizaje social y emocional, comunicación efectiva, procesos de negociación, conciencia plena y otras técnicas que han comprobado ser útiles para transformar y erradicar conductas violentas como el bullying o el vandalismo.

Violencia y paz en México

Las personas enfrentamos conflictos, y algunas veces violencia, en todas las etapas de nuestras vidas y los niños y jóvenes no son la excepción. El reporte Índice para la paz en México del Institute for Economics & Peace dice que la violencia dentro y fuera del hogar van de la mano. Esto señala un aumento en la violencia en la sociedad en general. La violencia intrafamiliar se relaciona con la delicuencia. Las tasas de violencia intrafamiliar se incrementaron 32% en los últimos tres años, lo cual sugiere un incremento de la ilegalidad general.

Según el IMJUVE, en México 7 de cada 10 jóvenes de entre 15 y 24 años de edad sufre violencia psicológica, física o sexual. Y de acuerdo con la OCDE, México ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying en educación básica, afectando a casi 19 millones de alumnos de primaria y secundaria.

Está comprobado que el no poder lidiar con situaciones de conflicto es uno de los factores más grandes de fracaso y abandono escolar. Los niños y jóvenes de hoy enfrentan no sólo las dificultades propias de crecer y madurar, también un entorno cada vez más retante, una propensión mayor a la violencia física y un mundo digital donde el acoso y el bullying están presentes las 24 horas del día.

Las rutas neurales del cerebro que lidian con el estrés son las mismas que se usan para aprender. Si los niños enfrentan un entorno estresante, es muy probable que fracasarán académicamente. Debemos trabajar para ayudarlos a entender sus emociones, manejarlas correctamente y vivir en paz.”

 

– Marc Brackett, Yale Center for Emotional Intelligence

Es  por esto que es tan necesario promover en las escuelas (y en los hogares) valores como el respeto, la cooperación, la solidaridad, el cuidado del medio ambiente y trabajo ético.

Estrategias para educar para la paz

The Peace Alliance, una organización que genera acciones en torno a una cultura de paz, menciona 4 estrategias que se pueden seguir para fomentar la educación para la paz en entornos escolares:

  • Incluir aprendizajes socioemocionales

El aprendizaje social y emocional desarrolla las habilidades necesarias para entender y manejar nuestras emociones. Además, nos ayuda a comprender y vivir la empatía y a crear y mantener relaciones positivas en nuestro entorno. Finalmente nos ayuda a fijarnos metas positivas para nuestra vida y tomar decisiones responsables al respecto. La enseñanza sobre autoestima, empatía y el control de nuestros impulsos nos ayuda también a aprender a detectar nuestras motivaciones.

  • Fortalecer las habilidades de comunicación

Trabajar en las habilidades necesarias para saber expresarse y crear mensajes es clave para el manejo y la resolución de conflictos. Tener buenas habilidades de comunicación permite prevenir y resolver conflictos, reparar relaciones rotas, promover reconciliaciones y crear condiciones que lleven a la paz, ya sea en ámbito personal o grupal, y yendo más allá, nacional e internacional.

  • Probar materias nuevas, por ejemplo la meditación

La meditación es una técnica sencilla, pero poderosa para ayudar a entrenar la atención y el manejo de emociones. Además, ayuda a controlar el estrés. Esto ayuda a los niños  tomar mejores decisiones y retardar o eliminar el conflicto.

Un ejemplo de esta práctica es el programa piloto que el gobierno británico anunció recientemente y en el que los alumnos de 370 colegios comenzarán a practicar meditación y relajación en el horario de clases, con el objetivo de mejorar su salud mental y bienestar. El programa está diseñado para impulsar el impacto de la meditación y reconocer sus beneficios en el bienestar de los niños. La escuela es el lugar ideal para promover este programa ya que los niños pasan ahí gran parte del día, enfrentándose a diferentes conflictos. Son sus maestros quienes conviven con ellos diaramiente, pudiendo detectar cambios positivos en su conducta.

  • Enseñar a los niños sobre la paz y los movimientos pacifistas que hay en el mundo

Enseñar a los niños sobre qué es la paz y los movimientos pacifistas que existen los ayudará a entender que vivir en paz es trabajo de todos. Hablarles sobre el trabajo que ya se hace, los resultados que existen y las cosas que faltan por hacerse les abrirá un mapa de oportunidades de acción, empezando desde sus propias comunidades y creciendo hasta el mundo entero.

En México existe el proyecto, Nos mueve la Paz, un programa nacional para la prevención de la violencia y la delincuencia. Además, está el programa Cultura de Paz y No Violencia de la UNESCO, que promueve la educación para los derechos humanos y para las relaciones pacíficas, por mencionar un par de ejemplos.

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Si verdaderamente queremos formar ciudadanos globales, debemos estimular el pensamiento crítico en los niños y jóvenes. Analizar temas como la violencia y la paz, los conflictos globales y la inequidad, por ejemplo, les da perspectiva sobre el mundo y forma su criterio. Educar para la paz implica prepararlos para responder ante estas situaciones e inspirarlos a trabajar por los cambios que el mundo necesita.

Si quieres conocer más sobre las habilidades que los niños necesitarán en el futuro, puedes leer esta publicación y esperamos tus comentarios sobre este tema.

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