Enseñar a los niños habilidades para la resolución de problemas desde pequeños es clave para que, a futuro, sepan tomar decisiones asertivas para su vida personal y profesional.
Este tema es importante porque, de acuerdo con estudios publicados por Behaviour Research and Therapy, los niños que carecen de herramientas para la resolución de problemas podrían estar en mayor riesgo de padecer depresión, incluso desde la adolescencia. Además, los estudios han encontrado que dar a los niños armas para resolver problemas puede también mejorar su salud mental.
¿Por qué los niños necesitan habilidades para la resolución de problemas?
Los niños enfrentan problemas todos los días. Tal vez los adultos los veamos como situaciones sencillas, pero para ellos son retos y pequeños aprendizajes cotidianos.
Los niños que al crecer van careciendo de habilidades para resolver estas situaciones podrían evitar tomar acción en lugar de enfrentar las situaciones retantes e invertir su energía en evadir o esconder los problemas en lugar de buscar soluciones.
En contraste, otro resultado de no contar con habilidades para resolver problemas podría ser que los niños se lancen a tomar acciones sin darse el tiempo de analizar la situación y plantear posibles soluciones. Son niños que rápidamente podrían sentirse acorralados por la presión y desarrollar comportamientos impulsivos.
¿Cómo podemos inculcar en los niños habilidades para la resolución de problemas?
En la sección Emprendimiento de la unidad 4 del libro B (3° y 4° de primaria) de Tengo Iniciativa hablamos sobre resolución de problemas y cómo es que los niños pueden afrontar de forma correcta situaciones complicadas. Tocamos también la importancia de reconocer que existe un problema y analizar qué lo ocasionó para que puedan afrontar su responsabilidad en la situación y encontrar soluciones, ya sea de forma individual o con ayuda de adultos.
Pero, como padres o maestros, ¿cómo podemos dar a los niños habilidades para la resolución de problemas? Nuestra participación es clave para que los niños desarrollen estas herramientas, por lo que debemos asegurarnos de propiciar un ambiente adecuado para que los chicos enfrenten y resuelvan desafíos y adquieran aprendizajes para su vida diaria.
5 formas de inculcar habilidades para la resolución de problemas
Evitar la sobreprotección
Sabemos que, como padres, es difícil y hasta doloroso ver a nuestros hijos afrontar problemas, pero es importante recordar dar espacio a los niños. No importa la edad que tengan, hay que dejarlos cometer errores y enseñarles cómo asimilarlos, corregirlos y seguir adelante. Si no estamos dispuestos a ver a nuestros hijos fracasar, estaremos impidiendo también su crecimiento y aprendizaje.
Fomentar el juego creativo
Como hemos visto en publicaciones anteriores, los niños de todas las edades aprenden mejor en el contexto del juego. Si nos aseguramos que nuestros hijos practiquen juegos que reten a su imaginación (construir con bloques, jugar ajedrez, hacer actividades deportivas), eventualmente el resolver problemas se volverá una recompensa.
Leer historias que requieran resolución de problemas
Existen muchos libros divertidos sobre personajes que resuelven problemas inesperados. Podemos ir a la librería y buscar una historia adecuada para la edad de los niños y leerla junto con ellos como fuente de inspiración.
Hacer manualidades
No se preocupen si ustedes no son precisamente Cositas (referencia ochentera). ¡Trabajen junto con los niños y aprendan juntos también! De hecho, es muy benéfico que los niños nos vean en acción, resolviendo problemas paso a paso. Nada mejor que enseñar con el ejemplo.
Pedirles ayuda
Hay que asegurarnos de que los niños sepan que respetamos su capacidad para resolver problemas. Podemos incluir a los niños en lluvia de ideas familiares para la toma de alguna decisión en la que puedan participar. ¡Déjense sorprender por la enorme creatividad que los niños pueden tener!
No nos apresuremos a remediar los problemas de los niños en cuanto aparecen. Es mejor ayudarlos a avanzar por el proceso de resolverlos por ellos mismos, ofreciendo guía y apoyo y animándolos siempre a que encuentren soluciones por sí solos.
Con el paso de los años, al darles habilidades para la resolución de problemas, será mucho más satisfactorio verlos convertirse en jóvenes y adultos responsables y asertivos, capaces de tomar decisiones y afrontar sus consecuencias.
