La contingencia por COVID-19 continua y prácticamente todos seguimos sintiendo sus estragos. Ya sea que permanezcamos trabajando desde casa, que todavía no sepamos cómo regresarán nuestros hijos a clases o que sintamos incertidumbre con la situación de la economía, esta pandemia nos mantiene en vilo.

Sin embargo, no todo es negativo. Como mencionamos en esta publicación pasada, es importante que tratemos de construir significado en las cosas que nos pasan y el COVID-19 no es la excepción. Y lo más importante, podemos y debemos usar esta situación para dar a nuestros hijos importantes lecciones de cara al futuro.

Sí, es difícil verle lo bueno a la pandemia. Pero incluso en esta circunstancia hay aprendizajes financieros que podemos tomar y que debemos aplicar para nuestro bien y para que nuestros hijos observen. Recordemos que, mientras más pronto comencemos a platicar con nuestros hijos sobre finanzas, mejor sabrán cómo manejarse de forma correcta en este tema.

Así que, aquí hay 3 aprendizajes financieros que podemos tomar para mejorar nuestras habilidades y la de nuestros hijos.

3 aprendizajes financieros que nos ha dejado el coronavirus

Para ayudarlos a sacar lo bueno dentro de lo malo, vamos a revisar 3 aprendizajes financieros que nos ha dejado la pandemia y que podemos aplicar a partir de ya y para siempre.

1- Tener al día el fondo de emergencias

El COVID-19 es el ejemplo perfecto de por qué debemos tener un fondo de emergencias. Ya sabíamos que un fondo de emergencias nos permite tener un colchón en caso de que necesitemos cubrir una emergencia médica o un periodo de desempleo. Sin embargo, JAMÁS pensamos que serviría también para mantenernos tranquilos durante una pandemia, pero pues, es el caso.

Las emergencias pueden llegar a ser muy costosas, por lo que tener un dinero apartado para un imprevisto es una manera de asegurar que no terminaremos haciendo un hoyo para tapar otro y hacer frente a la situación con menos angustia.

Y, sólo para que quede claro: ¿Qué es una emergencia? Una situación que compromete tu salud o tu habilidad para ganar dinero. ¿Qué no es una emergencia? Las vacaciones, los regalos de cumpleaños o los premios que te das porque te fue bien en el trabajo o mal en el amor.

El dinero de tu fondo de emergencias debe de estar accesible para que lo uses cuando lo necesites, por lo que no debe guardarse en inversiones de muy largo plazo. Además, este fondo idealmente debe cubrir entre 3 y 6 meses de tus gastos. Si eres cabeza de familia, debes considerar también los gastos que tienes en casa: renta o hipoteca, servicios, alimentos y demás. Obviamente esto puede sonar a mucho dinero, pero podemos empezar ahorrando de a poquito.

2- La importancia de tener seguro de gastos médicos

Uno de los aprendizajes financieros más importantes que el COVID-19 nos ha dejado desde que apareció en el mapa a finales de 2019 es la necesidad de tener un buen seguro de gastos médicos.

Podemos decir que, en estos meses, el coronavirus es la razón más obvia para pensar en tener esta protección. Sin embargo, éste no es el único mal aquejando la salud de las personas. Además, aunque tocamos madera, tampoco podemos descartar tener un accidente.

Muchas personas tienen seguro de gastos médicos porque su trabajo de los proporciona. Felicidades por tener esa gran prestación, pero por ningún motivo debemos confiarnos a que siempre será así. A consecuencia de la pandemia, muchos empleadores han tenido que reducir su personal y, aunque sabemos que se está haciendo un gran esfuerzo por conservar todos los empleos posibles, debemos prever tener que contratar el seguro por nuestra cuenta.

Si por ahora tu seguro está seguro (valga la redundancia), también sería bueno echarle un ojo a la cobertura que te da y, en la medida de lo que sea posible, buscar complementarlo para que sea mejor para ti y para tu familia.

3- Poner en orden el testamento

Sabemos que este tema es triste y nadie quiere pensar en eso, pero es una realidad y debemos considerarla. Muchas personas evitan preparar su testamento e incluso hablar de estos temas porque no quieren “tentar al destino”. Pero lo único que esto provoca a la larga, son problemas.

Esta pandemia nos ha dejado claro que nadie tiene el futuro asegurado. Si sucede un fallecimiento repentino y no existe un testamento que esté en orden, además del duelo, la familia tendrá que dedicar mucho tiempo, años incluso, y mucho dinero para poder reclamar los bienes que hayan quedado en el aire. Peor aún, sabemos que hay familias que realmente quedan divididas por pleitos sobre herencias que no quedaron claras.

La lección es que debemos hacer nuestro testamento cuanto antes y asegurarnos de que, pase lo que pase, estamos dejando a nuestra familia protegida y todos los trámites que deben hacerse en orden. También hay que considerar dejar en orden todos los seguros que tengamos y asegurarnos de que nuestros beneficiarios están bien esepecificados.

Dejar nuestro testamento en orden es un buen aprendizaje financiero porque le evitará a nuestros familiares problemas, gastos y dolor innecesarios y evitará que nuestros bienes pierdan valor mientras que se resuelve un juicio de intestado que puede durar años.

Manos a la obra

Es probable que nadie se haya imaginado que estaríamos viviendo esto en 2020. Esta pandemia nos ha urgido a repensar algunas de las decisiones más trascendentes de nuestras vidas. Las decisiones financieras son una parte sumamente importante que considerar.

De entre toda la incertidumbre y los estragos que el COVID-19 causará, podemos sacar buenas lecciones financieras que enseñar a nuestros hijos y que sumar a nuestras vidas. No echemos en saco roto lo que hemos aprendido en estos meses y lo que podemos modificar para bien en nuestro futuro.

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