Aprender requiere motivación. Los maestros lo saben y es por eso que constantemente enfrentan el reto de estimular el deseo de sus alumnos por conocer cosas nuevas.

¿Cuál es la mejor forma de motivar a los niños? Esa es la gran pregunta. El deseo por aprender sobre el mundo que nos rodea comienza en la infancia. Este deseo puede ser impulsado o suprimido dependiendo de cómo sean guiados los niños. Como sabemos que los alumnos que están motivados aprenden más rápido y más eficazmente que los que no lo están, es importante trabajar en reforzar la curiosidad de los niños en lugar de frenarla.

Esto puede ser un reto, incluso si el maestro promueve un ambiente ideal en el aula, porque muchos de los factores que influyen en la motivación se ven afectados por la actitud, los gustos, los sentimientos, la personalidad y hasta la salud de cada alumno. Es por esto que trabajar en la automotivación también es crucial para que los niños adquieran un genuino gusto por aprender.

Incentivos para la motivación

El éxito escolar tiene una gran relación con la motivación para aprender. Los niños motivados normalmente muestran mayor compromiso, son más persistentes y su aprendizaje es más significativo que el de aquellos que no lo están.

En cada niño existe la motivación para aprender de manera innata, pero ésta también puede ser nutrida por diferentes tipos de incentivos:

Incentivos intrínsecos:

Son aquellos que se apoyan en el valor mismo de aprender algo nuevo. Los conocimientos que son significativos para los alumnos, que se relacionan con otras materias o que se pueden aplicar fuera de la escuela de manera práctica, pueden fomentar en los alumnos las ganas de aprender. Y no sólo durante sus años escolares, sino por el resto de sus vidas.

La motivación intrínseca puede incluír:

El orgullo de hacer las cosas bien: Los niños pueden encontrar satisfacción en una tarea bien hecha y sentir el orgullo de ser competentes, lo que por sí mismo podría motivarlos a esforzarse en el futuro.

El deseo de logro: Se manifiesta cuando los niños dicen frases como “mira lo que hice” o “lo hice yo solo”.

La ambición personal: Algunos estudiantes tienen una idea más clara sobre lo que quieren logra en la vida y ven el aprendizaje como una herramienta para construir ese futuro que han soñado.

La competencia con uno mismo: Algunos individuos encuentran motivación al establecer sus propios objetivos. Al hacerlo, se retan a ellos mismos.

La sensación de estar en control: Al ir adquiriendo habilidades y conocimientos, los estudiantes aprenden que pueden influenciar su entorno y esto les da una sensación de control.

El deseon de participar y pertenecer: Trabajar como parte de un grupo puede dar a ciertos estudiantes sensación de pertenencia y motivarlos a trabajar de forma competente.

Ética y valores: Un estudiante puede ver a la educación como un elemento crítico para el éxito en la vida y a otro no parecerle tan importante. La ética y los valores de los estudiantes incidirán en la motivación que sientan por aprender.

Incentivos extrínsecos

Estos incentivos incluyen premios (como las famosas estrellitas), reconocimientos (como diplomas) y distinciones (como formar parte de la escolta escolar). Otros incenivos externos pueden ser el prestigio o reconocimiento social, satisfacer las expectativas familiares o acceder a mejores escuelas y puestos de trabajo en el futuro. Si un estudiante tiene bien claro cuál será la recompensa que recibirá por aprender algo (un sello en el cuaderno o un punto más), se sentirá más motivado para el aprendizaje que si no lo hace.

Es importante mencionar que si confiamos demasiado en los incentivos extrínsecos, corremos el riesgo de que la motivación caiga o desaparezca cuando no hay recompensas. Algunos estudios indican que depender solamente de incentivos extrínsecos puede incluso dañar o destruir la motivación por aprender de forma permanente.

Por esto, fortalecer las motivaciones intrínsicas de los niños debe ser el objetivo de los maestros y padres de familia. Cuando un estudiante está motivado por factores intrínsecos, el mero hecho de aprender algo nuevo se vuelve la recompensa. Los niños disfrutan aprender y ese disfrute puede permanecer a lo largo de toda su vida.

Fortalece la motivación de tus estudiantes

La mayoría de los estudiantes no nacieron siendo expertos en aprender. Sabemos que la personalidad de cada niño es un factor importante para la motivación que tenga en la escuela; habrá unos más dispuestos que otros. Pero muchos niños que encuentran satisfacción en aprender en algún momento se volvieron buenos estudiantes. Más aún, cualquier niño que muestre aunque sea un pequeño interés por aprender, con una buena motivación, podría experimentar de lleno el gozo del aprendizaje.

Estos son algunos consejos para dar a tus alumnos motivación:

1- Haz divertido el aprendizaje

Sabemos que no todas las lecciones pueden ser divertidas, pero siempre podemos encontrar la forma de dar un giro menos solemne al temario. Por ejemplo, en lugar de resolver un problema de matemáticas en el pizarrón, hazlo utilizando cubos o piezas de Lego.

2- Crea oportunidades para el éxito

Cuando un estudiante se desempeña bien en una tarea, es más factible que sienta la motivación para seguir por el buen camino. Como maestro, puedes ayudar a tus alumnos a alcanzar un objetivo dividiendo una gran tarea en tareas más pequeñas y manejables.

3- Presenta modelos a seguir

Una manera eficiente de mantener motivados a los estudiantes es presentar casos de éxito o modelos a seguir que los inspiren a trabajar duro para alcanzar sus metas. Pensemos en un papá o mamá con una profesión interesante que vaya a platicar con tus alumnos, un documental atractivo para un día de “cine en el aula” o hacer contacto con algún personaje que pueda visitarlos y dar una charla. El punto es que los niños hagan la conexión entre las lecciones que ahora aprenden en la escuela y el éxito futuro poniendo en práctica real esos conocimientos.

La motivación en Tengo Iniciativa

La metodología Tengo Iniciativa contempla casos, actividades y retos que atrapan el interés y fomentan la motivación de los alumnos.

Para asegurar el aprendizaje de los alumnos, las lecciones cuentan con actividades interesantes en las que los niños podrán reflexionar sobre los casos inspiradores que leyeron, entender cómo y por qué sucedieron los hechos narrados y relacionar los temas abordados con conocimientos que hayan adquirido previamente.

La idea es propiciar un ambiente estimulante para el aprendizaje y contribuir a desarrollar en ellos la motivación por aprender y, un paso más allá, poner en práctica esos aprendizajes en su vida, beneficiando a su familia, su comunidad y a ellos mismos.

¿Tienes otros ejercicios o consejos que ayuden a motivar el aprendizaje en los niños? Esperamos tu aportación en la sección de comentarios.

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